Marcel Gagné, editor en LinuxJournal a principios de este milenio, escribió en aquella época una columna singular. Hablaba de DemoLinux, una de las primeras distribuciones en formato LiveCD dirigida al público general.
La idea era fantástica: uno podía probar Linux sin instalar nada en el disco duro ni —Dios nos libre— crear particiones. Aquella idea cuajó en el mundo Linux, que acabó aprovechando los Live CD —y más tarde, las distribuciones en formato Live USB— para demostrarle al mundo que usar Linux no estaba tan nada mal.
Seguir LeyendoLikes
(0)Dislikes
(0)

