No existe el sistema operativo perfecto. La complejidad del software moderno hace que cualquier despiste a la hora de programar pueda desencadenar una vulnerabilidad que ponga en peligro la seguridad de los usuarios. Y, en esta ocasión, el «despiste» se ha descubierto en dos sistemas operativos al mismo tiempo, Windows y Linux, quienes se han visto afectados por dos fallos muy similares que pueden permitir a cualquier pirata informático conseguir el mayor nivel de privilegios en el PC.
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