Software propietario vs Software libre: ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos

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David Onieva | Softzone

La «batalla» entre el software libre, de código abierto y gratuito, contra el software propietario o comercial, se lleva produciendo desde hace muchos años, aunque hay que reconocer que todas estas propuestas en principio tienen sus ventajas y sus inconvenientes, como veremos en estas líneas.

Y es que si hacemos un repaso a todos los programas de los que hacemos uso de manera habitual en nuestros equipos informáticos, lo más probable es que encontremos aplicaciones de todo tipo de licencias de las comentadas anteriormente. Esto se debe a que, dependiendo de las circunstancias o tipo de uso en cada caso, resulta más conveniente decantarse por un modo u otro.

Lo primero que debemos tener bien claro llegados a este punto, es que en lo que se refiere al software que no es de pago, es decir, open source, libre y gratuito, tienen sus pequeñas diferencias, algo de lo que ya os hablamos en su momento y que os recomendamos repasar en el artículo que os exponemos a continuación.

Una vez hemos visto estos conceptos, en términos generales muchos usuarios tienden a diferenciar el software libre y de código abierto del comercial como que en los primeros no se paga, pero en el segundo, sí. Sin embargo las ventajas e inconvenientes de estas modalidades van mucho más allá, que es lo que vamos a intentar aclarar a continuación.

Hay que tener cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, cuando adquirimos un nuevo PC, lo más probable es que este venga con ciertas aplicaciones preinstaladas, incluyendo el sistema operativo, en forma de software privativo o comercial. Por ejemplo, muchos equipos, por no decir la mayoría, incluyen un sistema Windows en la versión que sea, e incluso podemos encontrar Office preinstalado e integrado en el mismo, ambos programas, de pago.


Claro, muchos pueden pensar que “menuda alegría”, ya que la base por ejemplo para un entorno ofimático, ya está preinstalada. Eso es cierto, ya que con la incorporación de estos programas nada más arrancar el PC por primera vez, nos evitamos el tener que adquirirlos e instalarlos posteriormente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este software, de un modo u otro, ya lo hemos pagado junto al precio del hardware del ordenador como tal.

Además, estos programas son proyectos cerrados de una determinada empresa, es decir, se crea con fines de lucro, por lo que a diferencia del Open Source, su código fuente no podrá ser editado por terceros para recibir mejoras o personalizaciones propias. Aunque para muchos esto no suponga inconveniente alguno, para otros no es válido en absoluto, ya que muchos usuarios prefieren disponer de software abierto en sus equipos que, además de no pagar por el mismo, pueden retocar y adaptar a sus propias necesidades.

Y es que el software comercial por regla general es de propiedad privada, es de una empresa o usuario que posee los derechos de propiedad intelectual del código fuente. Así, es considerado de código cerrado, lo que contrasta claramente con el software libre y de código abierto, en el que se permite ver, editar y redistribuir el código para que así pueda ser mejorado por terceros, lo que a su vez presenta muchas ventajas para los usuarios de ese título en todo el mundo.

Software comercial o gratuito, depende de las necesidades de cada uno

Pero claro, al mismo tiempo que este código abierto y a disposición de todo el mundo puede ser beneficioso en muchos casos, también hay que tener en cuenta que en realidad se trata de eso, un proyecto al que pueden tener acceso miles de desarrolladores diferentes, por lo que el programa no siempre irá por buen camino. Por el contrario, el software comercial o cerrado, es desarrollado por una misma persona o grupo unificado de programadores que trabajan de manera conjunta hacia un determinado objetivo, por lo que la estabilidad y fiabilidad del programa final, puede ser mayor, pero pagando por todo ello, claro está.

Por el contrario, estos programas cerrados se suelen crear con una obsolescencia determinada para que así sus clientes, pasado un determinado tiempo de uso, se vean en cierto modo en la obligación de adquirir nuevas versiones del mismo programa que, en ocasiones son gratuitas, pero no siempre. Así, en estos casos, para poder disponer de las nuevas funciones de una determinada aplicación, tendremos que volver a desembolsar un dinero, lo que es molesto. Claro, la ventaja del software libre es que esto mismo no sucederá en ningún caso, ya que son los propios usuarios los que van implementando mejoras con el paso del tiempo, todo ello sin ánimo de lucro alguno, lo que representa una gran ventaja para el resto.

Cambiando de tercio, cabe mencionar que el software comercial suele estar más abierto a ser usado como estrategia de marketing, por ejemplo, cuando entramos en una tienda especializada o incluso en un centro comercial, los paquetes de software allí expuestos son todos de pago, por tanto de código cerrado, o al menos la mayoría. Sin embargo, los programas libres son más tratados como código en sí, es decir, desarrollos más funcionales que otra cosa, dejando de lado el marketing o la estrategia comercial.

Al mismo tiempo esto ofrece la ventaja de que todos aquellos que trabajan en su desarrollo se centran en que funcione de la manera más efectiva en todo momento, dejando a un lado aspectos que se podrían considerar como más banales a la hora de la verdad.

De hecho, en el mercado podemos encontrar muchos programas de código abierto que llevan entre nosotros años, o incluso décadas, la mayoría de gran calidad gracias al trabajo conjunto y desinteresado de muchos usuarios que han logrado que estos se vayan adaptando al paso del tiempo.

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